Rinoplastia

La rinoplastia o rinomodelación es una de las intervenciones en cirugía estética más complejas pero que, correctamente realizada, da más satisfacciones al cirujano y al paciente. Es muy importante comprender esta complejidad y que deberás transmitir al cirujano una idea de qué nariz te gustaría tener una vez realizada la intervención. Para ello, más que partir de las fotos de un famoso o personaje conocido, es mejor centrarse en aspectos tanto estéticos como funcionales. Por ejemplo, es fundamental conocer si existen dificultades en la respiración antes de la intervención, la presencia de enfermedades o anomalías ya conocidas en la faringe, el paladar o en la propia nariz. Desde el punto de vista estético, es importante agrupar los “defectos” de la nariz en cuanto a tamaño, simetría, perfil del dorso, anchura de la punta, relación y movimiento de la nariz con el movimiento de los labios, etc. Según el número de defectos y su severidad, lógicamente, harán que la dificultad de la cirugía aumente.

Cualquier persona que piense que el aspecto de su nariz puede mejorar para ser más armónico con el resto de sus facciones, o si la nariz se ha deformado por traumatismo u otras patologías o algunos fármacos. La historia clínica será muy detallada para identificar estos factores, y si alguno de ellos puede tratarse, se hará antes de la intervención, para garantizar un resultado óptimo.

Aunque no es una cirugía especialmente dolorosa el postoperatorio es molesto, ya que llevarás durante unos días un taponamiento dentro de la nariz y una férula en el dorso. Te recomendaremos aplicar frío local y permanecer con la cabecera en alto el primer día tras la intervención. Generalmente no es necesario ingreso hospitalario.

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