Otoplastia

La cirugía conocida como otoplastia va destinada a corregir en ocasiones la forma de las orejas. Sin embargo, lo más frecuente es que la oreja tenga una forma normal, pero esté excesivamente separada de la cabeza, lo que las hace demasiado visibles. Mediante una pequeña incisión tras las orejas, se accede al cartílago de las orejas, eliminándolo si es excesivo, y modelándolo mediante suturas para que adquiera el pliegue normal que pega la oreja a la sien.

En general, cualquier persona para la que tener los pabellones auriculares despegados pueda suponer un problema estético. Durante la infancia, puede provocar incluso problemas de autoestima y de relación del niño con otros. Por ello, una adecuada valoración del niño o niña puede aconsejar realizar esta cirugía en edad pediátrica, a diferencia de otras cirugías, que muchas veces pueden o deben diferirse hasta la edad adulta. Es importante saber, sin embargo, que el postoperatorio es algo molesto y el niño o niña debe tener edad suficiente para comprender la importancia de no tocarse o rascarse la zona operada, o de llevar un vendaje durante unos días. Por ello intervenir por debajo de los 6 años generalmente no está indicado, porque hay riesgo importante de complicaciones en el postoperatorio.

La oreja estará muy sensible al tacto y los cambios de temperatura durante algunas semanas. Llevarás un vendaje 1 o 2 días, y tras ello, una cinta para el pelo, recogiendo la oreja, sobre todo para evitar golpes involuntarios. La cirugía no suele precisar ingreso, y podrás irte a casa una o dos horas tras la intervención.

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