Esta pregunta tiene una muy fácil respuesta, muy intuitiva. La res puesta es que sí. Los patrones de moda predominantes en cada cultura y momento histórico tienen un efecto evidente en la demanda de un determinado procedimiento estético sobre otro. Por ejemplo, conocidas famosas que de pronto muestran como algo muy atractivo un glúteo de gran volumen que hace pocos años se hubiera calificado sin duda como excesivo, ejercen una influencia sobre la demanda, en este caso, de aumento glúteo, muy relevante. En este caso, en los últimos 5 años, la demanda de este procedimiento ha aumentado en Estados Unidos un 7 % anual.

En esta entrada del blog, sin embargo, no me refiere tanto a este procedimiento sino al aumento de pecho, y cómo la moda influye en definir lo que es un pecho pequeño o no, vacío o no, y caído o no.

Tod@s sabemos que las modelos de moda son delgadas. Es una obviedad, pero tiene una importante relación en los patrones de moda que afectan a la “estética ideal” del pecho no operado. Por el hecho de ser delgadas, y dado que en torno a un 30-40 % del volumen mamario es realmente tejido graso, si una mujer joven es delgada, su pecho, por definición, no alcanza un volumen grande.

Esto puede ser un problema para el diseñador de moda, ya que lucir un escote lleno e un criterio de belleza de la modelo comúnmente aceptado. Dicho de otro modo, no “queda bien” un vestido que, teniendo un escote en pico, o palabra de honor, por ejemplo, no muestre un escote lleno. La solución que han buscado los modistos y las agencias a la hora de elegir a sus modelos ha sido basarse en otra característica anatómica que puede variar mucho entre diferentes mujeres.

Como mamíferos que somos, la glándula mamaria puede estar situada en el tórax a diferentes alturas, siguiendo una línea imaginaria llamada línea mamaria. Un criterio para seleccionar a las modelos, entonces. Es que su pecho esté implantado en una posición más alta que la media. De este modo, aunque tengan un pecho pequeño, con un escote adecuado y no demasiado pronunciado, la modelo mostrará un escote lleno y atractivo (según este canon de belleza, alejado de la anatomía, como ahora veremos).

Esto produce que muchas mujeres que acuden al pret-a -porter, desde Zara a Roberto Verino, encuentran una gran insatisfacción al probarse determinados vestidos. Encuentran que la modelo del catálogo luce un escote lleno adecuadamente, mientras en ellas apenas se insinua el comienzo del escote. Recurren entonces a sujetadores Push up que, evidentemente, solucionan ese resultado. Sin embargo, recurriendo a la traducción literal de este tipo de sujetadores, sólo hay que levantar lo que está caído. Es decir, incluso la propia solución que aporta la moda íntima, en su propia denominación, implícitamente sugiere que el pecho de estas mujeres está caído. Eso si tiene solución, ya que hay muchos vestidos de fiesta diseñados para no llevar sujetador, con lo que, en estas mujeres, el escote nunca se llena como cuando muestra el vestido una modelo profesional.

El Dr Francis Henry, conocido cirujano plástico de origen francés. que trabaja en nuestra provincia, me contaba una anécdota que ilustra esta situación. En sus años de joven cirujano residente, realizó un estudio antropométrico midiendo la distancia del pezón respecto a la horquilla esternal en “modelos”. Esa modelos fueron las componentes del ballet de la ópera de Paris, y el Dr.Henry encontró que esa distancia, que para nosotros como cirujanos es importante a la hora de definir la estética del pecho y la necesidad o no de elevación mamaria, era tan sólo del 10 % de su estatura. Es decir, si tienes a mano un metro (y eres mujer, claro), si mides un 10 % de tu altura desde la horquilla del esternón, en el 90 % de los casos tu pezón estará por debajo de esa marca. ¿Quiere eso decir que tu pecho está caído?

En absoluto. Como mucho, quiere decir que la implantación del pecho, en su conjunto, es algo baja.

Ilustración 1: Ambos pechos son de tamaño muy similar. Sin  embargo, el de la derecha se ve mucho más caído, aunque, en realidad, sobre todo está implantado más bajo

Sin embargo, cuando esas medidas de “modelo” se trasladan a la ropa que van a vestir las mujeres “normales”, de la calle, se crea un sentimiento de frustración que en ningún caso está justificado. Como cirujano plástico, en la consulta encuentro muchas chicas que ya están decididas a operarse, porque este esquema mental de “tengo el pecho caído” o “tengo el pecho vacío” ya se ha instalado como una cosa cierta, y, si les manifiestas como profesional que su pecho es bonito, que está adecuadamente desarrollado, etc., lo que genero en la consulta en la paciente es un sentimiento de “no me entiende” y, en muchos casos, acudirá a otro cirujano, que la operará dando por hecho el deseo de cambio de la mujer.

 

No quiero engañarme a mi mismo, me dedico a este trabajo, lo hago gustoso, y sé que de una manera relativamente sencilla y reproducible puedo mejorar la autoestima y la confianza de muchas de mis pacientes. Me resulta difícil de entender, sin embargo,  que, desde la moda, que persigue estos mismos objetivos que yo en mi trabajo, con sus diseños, se genere en la mayoría de sus clientes un sentimiento, no de envidia sana, sino de frustración. Porque son mujeres que, aunque quieran, no pueden variar su anatomía que, por otro lado, es la más frecuente, es decir, en términos estadísticos, debería ser la moda.

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