¿Qué puedo hacer para que siga siendo el mismo de siempre?

Tener un hijo es la experiencia más importante que puede tener una mujer a lo largo de su vida. Va acompañada de muchísimas cosas positivas, que no voy a enumerar, por evidentes. También tiene muchas cosas que nuestra sociedad puede etiquetar de negativas, o, más que negativas, que requieren de un compromiso y una entrega al otro, a esa personita recién nacida, que en un entorno tan individualista y que mira por el propio interés, puede ir a contra corriente.

Para el varón, y yo lo sé bien, como padre de dos hijos, el periodo del embarazo y la crianza evidentemente también supone un cambio, aunque, no nos engañemos, los cambios físicos del embarazo y la lactancia los sufre la mujer en exclusiva. Por ello, desde el punto de vista de los profesionales de la salud, tenemos el deber, la obligación, de hacer este camino de la mujer lo más fácil posible.

Desde la cirugía estética, el mommy makeover es el conjunto de procedimientos estéticos encaminados a devolver a la mujer el cuerpo de la mujer a su estado previo al embarazo, como atención especializada que ofrecemos a la mujer, que con generosidad y desinterés pone en riesgo su estética sabiendo que es posible que, tras el parto, nada vuelva a ser como antes.

Y creo que nuestro enfoque como profesionales no debe ser “pues si el pecho se cae, hacemos una elevación mamaria” o, “si salen estrías, hacemos una abdominoplastia. Creo que esto es ya poner el tratamiento asumiendo que los cambios en la anatomía de la mujer son inevitables y la mujer no puede hacer nada para cambiar el curso natural de las cosas.

Y esto no es así. Puedes hacer muchas cosas para mejorar el efecto que el embarazo y la lactancia tendrán en tu cuerpo.

Especialmente centrándonos en el pecho, voy a darte algunas pautas que puedes hacer durante la lactancia materna que pueden favorecer que tu pecho no sufra y no se caiga tras el final de la lactancia.

Lo más simple, y que no te puedo aconsejar, es que no des el pecho a tu hijo. Los beneficios de la lactancia materna son innegables y no pueden ser sustituidos, al menos de forma completa, por la lactancia artificial. Por ello, partimos de la base de que la lactancia materna es beneficiosa en sí misma y debe recomendarse, entre otros, por los siguientes motivos:

Durante las primeras semanas, la leche tiene un aspecto amarillento, muy diferente de la leche materna en semanas posteriores, y es que es un cóctel que permite a tu hijo adquirir tus defensas mientras recibe la lactancia. Es el calostro, y está probado que previene no sólo infecciones, sino patologías del sistema inmune como el asma durante la infancia.

La lactancia materna protege a la madre del cáncer más frecuente entre las mujeres, el cáncer de mama. Aunque sólo fuera por esto, la lactancia materna sería ya un tratamiento preventivo importantísimo para la mujer.

Mantener la lactancia durante unos meses ayuda a la madre a perder peso tras el parto, así que, especialmente si has ganado unos kilillos tras el embarazo, dar el pecho te ayudará a perder ese exceso de peso, mejorando tu estética y tu salud.

Podría añadir más, pero me quedo con estos tres elementos, muy importantes de por sí. Pero seguro que conoces a muchas mujeres cuyo pecho se ha quedado muy vacío y caído tras la lactancia. En mi experiencia, la calidad de la piel y los cuidados durante la lactancia son capitales para que la estética del pecho no se vea perjudicada. Te doy cuatro tips que, si sigues, te permitirán lucir un pecho más bonito tras la lactancia.

Lleva sujetador.

Esta prenda es fundamental porque la glándula mamaria en crecimiento no tiene ninguna estructura de sostén interna, que la sujete e impida que se caiga. Es la piel la que, si no se sujeta el pecho, tiene que soportar todo el peso de la mama lactante y, como ya hemos comentado en otros posts, un simple aumento de peso del pecho hará que se caiga en pocos meses. Durante la noche y especialmente los primeros meses sé (aunque no sea por experiencia propia) lo incómodo que es el sostén, pero, de veras, es muy importante llevarlo el  máximo de tiempo posible.

Lleva prendas adecuadas durante el deporte en el postparto.

El deporte es fundamental para recuperar la forma física, tonificar la musculatura, especialmente del abdomen, y ayuda, de nuevo, a perder esos kilos que puedes haber ganado durante el embarazo. El pecho debe estar muy bien sujeto, y recomiendo llevar un sujetador deportivo y, como prenda externa, un top. Estas prendas están reforzadas y permiten que el “bote” que se produce con tu actividad deportiva no se transmita a la piel y de este modo ayudará a que tu pecho no se caiga.

Hidratación y cuidado de la piel.

Generalmente durante la lactancia se presta mucha atención a la hidratación del pezón y la areola, y evidentemente estos cuidados son importantes. Sin embargo, toda la piel de tu mama y el abdomen necesitan una hidratación extra para mejorar su elasticidad.

Intenta que el bebé mame lo mismo de un pecho que de otro.

Siempre se ha dicho que los bebés prefieren un pecho antes que el otro. Y contra esto muchas veces no podemos luchar. Además, suele ser más cómodo para la mujer apoyar el bebé siempre en el mismo sentido, dejando libre la mano dominante para hacer otras tareas mientras el bebé toma el pecho (por ejemplo, limpiarle restos de leche, o moquitos, etc).

Hay que hacer un esfuerzo consciente, sin llegar a la obsesión, claro, para que el niño tome lo mismo de un pecho que de otro. Si no hacemos esto. Uno de los pechos siempre se llenará más de leche, el bebé preferirá ése, porque le cuesta menos tomar la cantidad de leche que quiere, y, no nos engañemos, nos lleva menos tiempo la toma, porque el bebé se sacia antes. Este círculo vicioso hace que, en casi todas las madres que vienen consultando para valoración de cirugía de pecho, la simetría que probablemente tenía la madre antes del embarazo, se ha evaporado, y uno de los pechos está siempre más caído que el otro (y siempre es el favorito de su bebé). Por ello, mi consejo es:

Intentar mantener al bebé, especialmente las primeras semanas, el mismo tiempo en un pecho que en el otro.

Si claramente el bebé prefiere un pecho, utiliza un sacaleches en el otro hasta completar el tiempo de toma en el pecho preferido. De esta manera, estimulas la producción de leche de forma simétrica y, si lo haces de forma sistemática, lograrás que, si el pecho se vacía o cae, al menos lo haga de forma simétrica.

Esto es muy importante porque, si finalmente hay que hacer una cirugía correctora, sea de aumento o elevación de pecho, la asimetría antes de la cirugía puede precisar de técnicas diferentes o incluso de prótesis distintas en cada pecho. Aunque, evidentemente, podemos igualar diferencias existentes entre ambos pechos, el resultado será mejor y más fácil de lograr si, de partida, ambos pechos son lo más similares posible.

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